La noche es triste para decir adiós


Este título que para algunos amigos pareciera romántico, no es ni más ni menos que la muerte de uno de los mayores líderes político de la historia argentina. El 1° de julio de 1896 se suicida Leandro N. Alem, el fundador de la Unión Cívica Radical. 

La noche es triste para decir adiós es el relato de los últimos momentos del líder radical que al verse traicionado por muchos correligionarios, entre ellos su sobrino Hipólito Yrigoyen, decidió suicidarse al llegar al Club del Progreso, el lugar donde los intelectuales y políticos de la época elegían para reunirse.
Alem fue el primer revolucionario que se alzó en armas frente a los gobiernos nefastos de la generación del ´80 y ante la corrupción de la gestión Juárez Celmann en 1890 en la llamada Revolución del Parque, donde se exigían elecciones libres y mayor participación de la clase media que venía creciendo en el país.
Su padre, Leandro Antonio Alen, era un pulpero de Balvanera zona de arrabales de Buenos Aires y uno de los jefes de la Mazorca, la fuerza de choque de Juan Manuel de Rosas, motivo por el cual sería fusilado y colgado públicamente en la desaparecida Plaza de Monserrat. Leandro Alem cambió la última letra de su apellido para atenuar la permanente discriminación que sufrirá por el recuerdo de su padre: siempre fue el hijo del ahorcado.A la muerte de su padre quedaron en la pobreza y su madre, Tomasa Ponce, debió dedicarse a fabricar y vender dulces y pasteles para sostener a la familia.
Pero este hombre, que se sublevó varias veces ante el poder de turno, que ocupó en reiteradas veces un lugar en el Congreso de la Nación.
Ese día, el que decidió quitarse la vida, había mantenido una serie de reuniones con sus allegados donde habría mantenido una fuerte discusión con su sobrino Yrigoyen, se retiró de la misma se puso su sombrero y su tradicional poncho de vicuña en el cuello y salió rumbo al Club del Progreso. Durante el trayecto, el defensor de los desposeídos decidió quitarse la vida disparándose un tiro en la sien que el cochero confundió con la detonación de cohetes que se quemaban celebrando la fiesta de San Juan y San Pedro. En su cuerpo se encontró una nota que decía “Perdónenme el mal rato, pero he querido que mi cadáver caiga en manos amigas y no en manos extrañas, en la calle o en cualquiera otra parte”…
Hoy el partido que fundará Alem, regaló toda su ideología a los sectores más conservadores del país, dando un giro a la derecha y aliado a los grupos económicos que en su momento desestabilizaron a su penúltimo presidente Raúl Alfonsín.

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